La mayoría de las picaduras de garrapata no transmiten enfermedades y no producen dolor, sin embargo, existen un par de casos particulares, como las garrapatas del ciervo que pueden causar la enfermedad de Lyme, por lo que en caso de sospechar que has sido picado por una garrapata de este tipo, será importante que acudas a un médico.
Aparecen como un bulto rojo que causa comezón en la zona de la picadura. La especie de garrapata que abunda en México y el sudoeste de Estados Unidos, al picar forman ampollas que se llenan de pus y que al reventarse dejan una herida abierta que posteriormente se convierte en costra.
Si has sido picado por una garrapata, lo primero que deberás hacer es eliminarla de tu piel, la mejor forma es utilizando unas pinzas curvas, agarrar la garrapata lo más cerca de tu piel y jalarla para extraerla de un solo tirón. Para evitar inflamación prolongada es importante que te asegures de extraer la cabeza (que a veces no sale junto al cuerpo).
Una vez que has extraído la garrapata deberás lavar perfectamente bien la zona con agua y jabón y posteriormente aplicar un producto antiséptico.
Entre más rápido extraigas la garrapata, será menos probable que te transmita enfermedades.
Evita seguir todos los consejos populares de extracción como aplicarte alcohol, esmalte de uñas, petrolato o incluso utilizar un encendedor, todo esto es ineficaz y podrías provocarte un daño severo en tu piel o incluso lograr que la garrapata se entierre más o expulse más saliva infectada en el lugar de la picadura.
Las garrapatas son bichos que pueden ser tan grandes como la goma de un lápiz o tan pequeñas que es prácticamente imposible verlas. Generalmente habitan en zonas de arbustos, plantas y pasto que, al estar en contacto, se adhieren a tu piel y una vez ahí se trasladan a áreas que presenten calor y humedad en tu cuerpo (como axilas, ingle, cabello), ahí se adhieren con mucha más fuerza y comienzan a chupar sangre, que es de lo que se alimentan.
Consulta a tu médico (y lleva la garrapata que extrajiste a analizar, dentro de un frasco con tapa) si tras su presentas alguno de los siguientes síntomas (en ocasiones pueden tardar en aparecer hasta una semana): dolo articular y/o muscular, rigidez en el cuello, dolor de cabeza, fiebre, inflamación de ganglios linfáticos, otros síntomas similares a la gripe, dificultad para respirar, ampollas, aparición de sarpullido, debilidad, movimientos descoordinados.
En caso de persistir las molestias o incrementarse los síntomas, es importante que acudas al médico.
Fuentes:
55-23-00-96-56