Acabó el verano y los largos baños de sol. Sin embargo, esto no significa que puedas dejar de poner especial atención en el cuidado de tu piel. Durante otoño e invierno, esta parte de nuestro cuerpo puede deshidratarse debido a que el frío disminuye la humedad relativa del aire y esto seca considerablemente la piel.
La xerosis, término médico para la resequedad, se presenta cuando nuestra piel pierde mucha agua y aceite. Algunos de los síntomas son:
- Piel enrojecida o morada
- Piel áspera
- Piel escamosa
- Piel agrietada
- Prurito (comezón)
- Urticaria al frío
Esto es más común de lo que crees y puede afectar a cualquier persona y en cualquier edad. Se considera que las mujeres son más vulnerables que los hombres y que la piel blanca es más sensible que la morena.
Además, los bebés y niños pequeños, la población de la tercera edad y los pacientes que padecen enfermedades como diabetes, insuficiencia renal crónica, hipotiroidismo o problemas circulatorios, son más susceptibles de tener resequedad y comezón.
¿Cómo me cuido de la resequedad?
Los efectos que el frío puede tener en tu piel pueden prevenirse. A continuación te compartimos 15 recomendaciones para cuidarte y evitar la resequedad:
- Aplica humectantes sin alcohol dos veces al día, especialmente después del baño. Las cremas o lociones con urea y ácido láctico son una buena opción.
- Lava tus manos y báñate con agua fría o tibia; evita el agua caliente, pues ésta puede eliminar la capa de grasa de la piel y la reseca más.
- Toma baños de menos de 10 minutos.
- Añade aceite mineral o de bebé al agua tibia del baño o aplícalo en tu piel después de la ducha, mientras la piel sigue húmeda.
- No uses jabones con fragancias y no lo talles contra tu piel, mejor genera la espuma frotando con las manos.
- Evita restregar tu piel durante los baños, debes secar delicadamente tu piel para evitar que pierda más aceites.
- No uses agua de colonia, lociones de afeitar o perfumes después del baño, ya que contienen alcohol.
- Evita las telas que no permitan una adecuada ventilación, como las sintéticas; mejor usa algodón o fibras naturales.
- Evita los cambios bruscos de temperatura.
- Utiliza protector solar diariamente, aún cuando el día esté nublado.
- Mantente en adecuada hidratación
- Protege tu piel del viento y el frío, puedes usar guantes, bufandas y/o sombreros.
- Come frutas y verduras, en especial las verdes y rojas.
- Agrega a tu dieta alimentos con zinc y hierro.
- Reduce la ingesta de grasas malas y cámbialas por aceites vegetales, pescado, mariscos, nueces y avellanas.
Finalmente, si llegas a presentar resequedad, recuerda que existen productos para reducir los síntomas. Lociones como Caladryl® actúan como auxiliares, con un efecto refrescante y desecante que alivia las molestias de tu piel.
Ahora ya lo sabes, cuidar tu piel en otoño e invierno debe ser prioridad.
Si persisten las molestias, consulte a su médico.
Fuentes: