15 hábitos diarios para el cuidado de tu piel.

La piel es uno de los órganos más grandes del cuerpo y su función principal es protegernos de los riesgos medioambientales. Sin embargo, la exposición constante a la luz solar, edad, los cambios climáticos y la contaminación, son factores que actúan como agentes nocivos para la piel. Por eso, te presentamos estos 15 consejos diarios para optimizar el cuidado de tu piel.

Por lo regular nos centramos en lavar nuestra cara para decir que estamos dando un correcto cuidado de nuestra piel, pero para realmente asegurar que gozas de una piel tersa y saludable, te recomendamos seguir estos consejos:

Manos siempre limpias, nuestras manos están en continúo contacto con polvo, bacterias y agentes infecciosos, por lo que, tocar nuestra piel (principalmente el rosto) con las manos sucias, abre un canal de transmisión de posibles enfermedades cutáneas, así que recuerda tener tus manos limpias, principalmente antes de aplicarte aluna crema, maquillaje y/o tratamiento.
Genera hábitos de higiene en tu rostro, es fundamental que limpies tu cara al menos 2 veces al día (por la mañana y por la noche), esto, para eliminar las toxinas e impurezas a las que está expuesta diariamente. Asegúrate de utilizar productos específicos para el rostro, esto garantizará que la limpieza sea efectiva sin agredir tu piel.
Humecta tu piel, otro de los puntos clave para una piel saludable es mantenerla debidamente hidratada pues le brinda elasticidad (lo que promueve la apariencia de una piel más joven). Para hacerlo de manera correcta debes utilizar leches humectantes (que se adapten a tu tipo de piel) y aplicarlas sobre la piel limpia, de manera diaria, acompañado de un suave masaje. Recuerda utilizar un producto específico para el rostro y otro para el resto del cuerpo.
Hidrátate, mucho se dice que la salud comienza desde adentro, y es cierto, si tienes una correcta hidratación podrás ver beneficios en tu salud en general, pero, si hablamos específicamente de la piel, beber agua te ayudará no solo a mantenerla hidratada, sino que promoverá la eliminación de toxinas, además de proveerte de vitaminas y minerales (como el calcio, magnesio y sodio). La clave para lograr una correcta hidratación se basa en beber agua de manera regular a lo largo del día (pequeños sorbos de manera frecuente, antes de que tengas sensación de sed).
Aliméntate sanamente, llevar una dieta saludable (optando por consumir productos naturales y frescos como frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras) te ayudará a nutrir tanto a tu organismo como a tu piel, como resultado te verás y sentirás mucho mejor.
Utiliza protector solar todo el año, solemos pensar que utilizar fotoprotectores es exclusivo de playa o vacaciones, sin embargo, las radiaciones solares están presentes en todo momento, incluso cuando está nublado, por lo que es indispensable que apliques fotoprotectores, lociones o cremas con factor de protección solar alto todos los días.
Pon atención a cuello y escote, recuerda que la piel cubre todo el tu cuerpo y frecuentemente olvidamos prestar atención de algunas zonas, como cuello y escote, a pesar de que la piel ahí es muy fina y con continúa exposición a las agresiones ambientales, por lo que limpiar, humectar, nutrir y proteger se debe convertir en tu nuevo mantra para el cuidado de toda tu piel.
Consciente a tus manos, con frecuencia nos olvidamos de lo delicada que es la piel del dorso de nuestras manos. Prestamos poca atención en que es una parte que está continuamente expuesta al sol, polvo, irritantes, contaminación, agentes abrasivos, etc., por lo que protegerla con cremas y/o lociones humectantes especializadas ayudará, además de mantenerlas sanas y suaves, a reflejar una edad más joven de tu piel.
Procura utilizar agua tibia o fría, el agua caliente, aunque nos encanta, es perjudicial para la salud de la piel, ya que la deshidrata y la hace lucir seca y sin vida. La recomendación para evitar esto, es que tomes baños con agua tibia (entre más fría la aguantes, es mejor), además de prevenir la deshidratación servirá para activar tu circulación, llenarte de energía y dejarte una sensación de frescura.
Exfolia tu piel al menos una vez a la semana, con esto ayudarás a la eliminación de células muertas, proveyendo una textura lisa, tersa y suave. Ten en mente que la exfoliación es recomendable hacerla de todo el cuerpo, para esto existen varias opciones en el mercado como cepillos faciales y corporales que, utilizándolos con productos suaves y especializados, evitarán que lastimes tu piel.
Duerme lo suficiente, es en la noche, mientras dormimos, que se da el regeneramiento celular y de la piel. Justo en ese momento, cuando descansamos, el organismo aprovecha para trabajar en la recuperación de la elasticidad y firmeza de la piel, por lo que un adecuado descanso es crucial para permitir que tu cuerpo se recupere de todo el desgaste y agentes externos del día.
Observa tu piel, es importante autoexplorarse y prestar atención a la aparición de manchas que frecuentemente brotan después de una incorrecta exposición al sol. El objetivo de esto es evitar que se extiendan o intensifiquen su color. Así mismo, pon atención sobre las pecas y lunares y en caso de notar alguna variación es recomendable acudir con un especialista.
Evita el cigarro, además de los muchos daños que la nicotina genera en el organismo, fumar contribuye a la aparición de arrugas ya que fomenta la reducción del flujo sanguíneo; como resultado tenemos una piel pálida, desnutrida y con falta de oxígeno.
Date un respiro, cuando estamos en un estado de estrés constante la piel puede volverse más sensible y desencadenar algunos problemas cutáneos, como acné, prurito, irritación o sarpullido. Date tiempo para relajarte, para hacer actividades que disfrutes y despejen tu mente, incluso permitirte respirar profunda y conscientemente bastará.
Haz ejercicio, como dijimos al principio factores como la edad facilitan la pérdida de elasticidad y tonificación de la piel por lo que, realizar ejercicio moderado de manera regular resultará benéfico pues promoverás el incremento del flujo sanguíneo hacia la piel, que significa que estará recibiendo de manera óptima los nutrientes y vitaminas esenciales que necesita.

Es importante que sepas que exceder la frecuencia de lavados podría terminar provocando una pérdida excesiva de grasa en las capas externas de la piel, generándote problemas como dermatitis o síntomas derivados del exceso de resequedad como xerosis, comezón, enrojecimiento, etc., para todo eso, una gran solución para eliminar las molestias es Caladryl, una suspensión de calamina que ofrece un efecto refrescante y desecante para aliviar la molesta comezón en la piel causada por piquetes de insectos, sarpullido, dermatitis, varicela e irritaciones menores en la piel.

Recuerda siempre que, en caso de persistir las molestias, es recomendable que acudas con un especialista de la salud.

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Fuentes:

Fundación Mexicana para la Dermatología

Clínica Mayo

Sanitas

Medline Plus

Centro para el Control y Prevención de Enfermedades

Guía de la Piel